viernes, 30 de enero de 2015
OFERTA DE EMPLEO - AMPLIAMOS EL CLAUSTRO
Ah, y que haga puzzles. Esto es muy importante.
No es necesario, repetimos, no es necesario que haya ganado alguna vez.
Se valorará experiencia en el comercio de las obras de arte.
miércoles, 28 de enero de 2015
Una perspectiva humanista del hecho científico.
Detrás de las frías cifras y de los documentos anónimos existen dramas humanos, experiencias vitales, sentimientos y asuntos que trascienden lo material, pues son cosas del espíritu. Quienes hemos profundizado en el estudio de los gastos de ese pedazo de sociedad publica gastronómica denominada Sodercan, a menudo olvidamos que detrás de cada factura engañosamente improcedente, hay un historia de superación y de vocación de servicio público.
Es fácil caer en el chascarrillo, es tentador el efectuar una visión simplista como la que hemos escuchado a menudo: que si eran una banda de tragones que aprovecharon que no pagaba nadie (ya se sabe que el dinero público no es de nadie) para ponerse hasta las cejas de comer, beber y hasta de fumar.
Nada más lejos de la realidad. Una visión así es injusta por superficial y, lo que es peor, deja sin el merecido reconocimiento este caso de absoluta entrega al servicio público, entrega por parte de destacados miembros del socialismo regional. Una entrega en la que entraron en franca y sana competencia con esa cosa llamada regionalismo, y que concluyó en lo que puede considerarse un empate técnico. Tal era el nivel de los contendientes.
Porque sólo desde una firme vocación y una entrega colosal es posible comer lo que se han comido, beber lo que se han bebido y fumar lo que se han fumado ¡fuera del horario laboral!, porque no debe olvidarse que estos yantares se produjeron, lógicamente, en las horas que el resto de los mortales dedican al descanso y a la familia. ¿No es acaso injusto no reconocer todas las horas que robaron nuestros próceres del progresismo, a sus familias y a su propio descanso, y que hubieron de invertir, por puro servicio público, en comer y beber sin conocimiento?
¿ No es injusto a su vez, dejar de reconocer que, con esta dedicación, claramente más allá del deber, han puesto en peligro su propia salud?. ¿No es acaso de mal nacidos el no valorar el esfuerzo de estos altos cargos, carguillos y carguetes, por sostener el PIB del sector servicios a base de comer más allá de lo aconsejable y de beber más allá de los límites de la razón?
Cantabria les debe mucho. La hostelería les debe más, y nuestra vecina La Rioja les debe un tìtulo, hijos predilectos o algo así, como poco. Escocia les debería al menos un consulado honorífico. Como dijo Churchill nunca tantos debieron tanto a tan pocos.
Y es que no hay que dejarse engañar, porque si las facturas son muchísimas, los comensales no son tantos, y es importante que el volumen de gasto ( gasto productivo, qué duda cabe) no lleve a confusión. Fueron pocos los héroes, y si comieron mucho fue por su gallardía y valor (más valor que Manolete), lo que engrandece aún más la hazaña.
Nuestros profesores colaboradores, en otras entregas,han hecho un análisis cuantitativo de lo comido y lo servido, por ello yo prefiero centrarme en el drama humano, analizando, a titulo ejemplificador, el rastro documental de algunas de estas gestas.
En el documento hoy analizado - que no es excepcional, sino una muestra tipo de lo que era una digna actividad continuada en el tiempo- cinco de estos héroes de la cosa pública, por el interés general, vense obligados a comer viandas variadas y a beber la nada despreciable cantidad de 3 botellas de viña Pedrosa, 2 chupitos de McCallan ( para los iletrados, se trata de güisqui del bueno), 2 combinados, y varias cervezas para quitar la sed, lo que convierte una simple comilona en una singular proeza.
Sólo desde una estricta disciplina, nacida de la vocación de servicio, se entiende semejante atracón, del que, sin duda, hubieron de derivarse efectos colaterales en la función hepática. ¿Que se excedieron comprándose hasta el tabaco? habría que ser muy despreciable para echar en cara semejante pecadillo a quien ha puesto en riesgo su salud y su tiempo libre por el bien de Cantabria.
No queda ahí la cosa. Pensarán ustedes que esta comida se produjo un viernes y que después se fueron a dormir el exceso etílico, pero no. La fecha corresponde a un miércoles de octubre. Un día cualquiera en la rutina del Alto Cargo. Es decir, que se supone que posteriormente se hubieron de reincorporar a sus respectivas responsabilidades, por lo que no es de extrañar que vendiesen el Racing a algún figurante indio, o que comprasen máquinas obsoletas a precio de estación espacial, pues ya se sabe que bebida y exaltación de la amistad suelen ir unidas. Nadie es perfecto.
El importe es lo de menos, pues el Presupuesto Regional es grande. Para los amigos de la anécdota diremos que se comieron medio salario social.
Es fácil caer en el chascarrillo, es tentador el efectuar una visión simplista como la que hemos escuchado a menudo: que si eran una banda de tragones que aprovecharon que no pagaba nadie (ya se sabe que el dinero público no es de nadie) para ponerse hasta las cejas de comer, beber y hasta de fumar.
Nada más lejos de la realidad. Una visión así es injusta por superficial y, lo que es peor, deja sin el merecido reconocimiento este caso de absoluta entrega al servicio público, entrega por parte de destacados miembros del socialismo regional. Una entrega en la que entraron en franca y sana competencia con esa cosa llamada regionalismo, y que concluyó en lo que puede considerarse un empate técnico. Tal era el nivel de los contendientes.
Porque sólo desde una firme vocación y una entrega colosal es posible comer lo que se han comido, beber lo que se han bebido y fumar lo que se han fumado ¡fuera del horario laboral!, porque no debe olvidarse que estos yantares se produjeron, lógicamente, en las horas que el resto de los mortales dedican al descanso y a la familia. ¿No es acaso injusto no reconocer todas las horas que robaron nuestros próceres del progresismo, a sus familias y a su propio descanso, y que hubieron de invertir, por puro servicio público, en comer y beber sin conocimiento?
¿ No es injusto a su vez, dejar de reconocer que, con esta dedicación, claramente más allá del deber, han puesto en peligro su propia salud?. ¿No es acaso de mal nacidos el no valorar el esfuerzo de estos altos cargos, carguillos y carguetes, por sostener el PIB del sector servicios a base de comer más allá de lo aconsejable y de beber más allá de los límites de la razón?
Cantabria les debe mucho. La hostelería les debe más, y nuestra vecina La Rioja les debe un tìtulo, hijos predilectos o algo así, como poco. Escocia les debería al menos un consulado honorífico. Como dijo Churchill nunca tantos debieron tanto a tan pocos.
Y es que no hay que dejarse engañar, porque si las facturas son muchísimas, los comensales no son tantos, y es importante que el volumen de gasto ( gasto productivo, qué duda cabe) no lleve a confusión. Fueron pocos los héroes, y si comieron mucho fue por su gallardía y valor (más valor que Manolete), lo que engrandece aún más la hazaña.
Nuestros profesores colaboradores, en otras entregas,han hecho un análisis cuantitativo de lo comido y lo servido, por ello yo prefiero centrarme en el drama humano, analizando, a titulo ejemplificador, el rastro documental de algunas de estas gestas.
En el documento hoy analizado - que no es excepcional, sino una muestra tipo de lo que era una digna actividad continuada en el tiempo- cinco de estos héroes de la cosa pública, por el interés general, vense obligados a comer viandas variadas y a beber la nada despreciable cantidad de 3 botellas de viña Pedrosa, 2 chupitos de McCallan ( para los iletrados, se trata de güisqui del bueno), 2 combinados, y varias cervezas para quitar la sed, lo que convierte una simple comilona en una singular proeza.
Sólo desde una estricta disciplina, nacida de la vocación de servicio, se entiende semejante atracón, del que, sin duda, hubieron de derivarse efectos colaterales en la función hepática. ¿Que se excedieron comprándose hasta el tabaco? habría que ser muy despreciable para echar en cara semejante pecadillo a quien ha puesto en riesgo su salud y su tiempo libre por el bien de Cantabria.
No queda ahí la cosa. Pensarán ustedes que esta comida se produjo un viernes y que después se fueron a dormir el exceso etílico, pero no. La fecha corresponde a un miércoles de octubre. Un día cualquiera en la rutina del Alto Cargo. Es decir, que se supone que posteriormente se hubieron de reincorporar a sus respectivas responsabilidades, por lo que no es de extrañar que vendiesen el Racing a algún figurante indio, o que comprasen máquinas obsoletas a precio de estación espacial, pues ya se sabe que bebida y exaltación de la amistad suelen ir unidas. Nadie es perfecto.
El importe es lo de menos, pues el Presupuesto Regional es grande. Para los amigos de la anécdota diremos que se comieron medio salario social.
jueves, 22 de enero de 2015
Ampliamos claustro. Con ustedes Gelo Kätil
En nuestro afán por reunir colaboradores expertos en las diferentes ramas de la física, especialmente la teoría del caos y la física cuántica, hemos conseguido que en nuestro blog participe una pluma universalmente conocida, el reputado autor finlandés GELO KÄTIL, profesor titular de la Universidad de Helsinki, conocido tanto por las teorías sobre la Aurora Boreal, que formuló en su polémica tesis doctoral, (lo que le valió la merecida calificación de sobresaliente cum fraude), como por sus posteriores investigaciones en termodinámica y entropía aplicada al marisco y otros frutos del mar y la tierra.
Su obra más conocida “Syöminen kasvot.Lähestymistapa taiteen menee vapaata elämää”, (que en la edición inglesa se tradujo como “Eating by the face. An approach to the art of going free for life”), ha sido crucial en la formulación de nuevas interpretaciones sobre entropía y digestiones.
El mayor mérito del investigador finlandés ha sido abordar el hecho de la digestión desde una perspectiva cuántica, lo que supone un planteamiento revolucionario; para hacerlo, Gelo Kätil hubo de experimentar durante ocho años. “el núcleo central de mi propuesta –dijo el científico en una reciente entrevista- surgió de forma casual, al comprobar que una mariscada, que tiene un bajo nivel de entropía, una vez digerida se transformaba en residuos sólidos, líquidos y gaseosos, cuya entropía obviamente es mayor”.
Siendo una investigación costosa y lenta, pudo realizarla gracias a un sistema de financiación público-privada. “El aumento de entropía en el universo crece en el sentido del tiempo, lo que es consecuente con la segunda ley de la termodinámica,- dice el autor en las conclusiones del estudio-; tras ocho años de duro trabajo, puedo demostrar que unas angulas, una vez digeridas, se transforman fácilmente en residuos sólidos, líquidos y gases, pero es mucho más difícil convertir dichos residuos en angulas, aunque estamos en ello, y quizás lo logremos si conseguimos la financiación adecuada”.
A esa transformación termodinámica la califica como “salto cuántico”, algo similar a lo que ocurre con las facturas del CES, que es imposible saber “cuanto” cuesta cada cosa.
Sus colegas insisten en que sus logros son el resultado de muchos años de dura investigación, no exentos de sacrificios. “La gente se cree que darse la panzada todos los días es sencillo, pero no está exento de riesgos, hay veces que te comerías una sopa en casa, y es en esos momentos en los que me tengo que recordar “Gelo, persevera, piensa en el interés general”, y me voy a la Bombi a seguir investigando.
Preguntado sobre cuál es la principal conclusión de su estudio, ha dicho recientemente; “Kun vuoden syömisen ja juomisen ympärillä näköinen laukku entropia ja harppausta, on kiistaton aksiooma: mitä häiritsee ei syö paljon, mikä häiritsee on tarvinnut maksaa", cuya traducción aproximada sería: “tras años de comer de todo y beber a saco buscando la entropía y el salto cuántico, he encontrado un axioma irrefutable: lo que jode no es comer mucho, lo que jode es tener que pagarlo”.
viernes, 16 de enero de 2015
Despejando Incógnitas (Tercera Parte) "... y una de patatas"
Para cerrar nuestra trilogía sobre la estricta dieta hipercalórica del antiguo presidente del CES ahora decano de Económicas vamos a ofreceros un documento de alto valor académico, elaborado por nuestro colaborador el profesor Mijail Revillescu. El increíble caso de las patatas menguantes.
Incorporamos primero una factura con "una de patatas". Siguiendo nuestra mecánica habitual despejaremos las incógnitas como buenamente podamos. Lo haremos incluso sobre dos supuestos (nos han salido hasta cuatro), y después os ofreceremos íntegra la teoría del profesor Revillescu sobre "y una de patatas". Una teoría que reflexiona sobre la fuerza gravitatoria de la ración de patatas sobre el coste final de una factura. Si hay una de patatas, la factura cae en su valor. Las patatas menguantes existen.
T = Vino 30,85
T1 = Vino Peleón 15,10
B = Jamón 27,45
L = Queso 17,60
W = Pan -3,25
W1 = Pan 2 (valor de mercado)
R = Agua -0,85
R1 = Agua 1 (valor de mercado)
a = Patatas (incógnita)
Bien. Como se aprecia en la tabla sobre estas líneas, tanto el pan como el agua tienen valores negativos tal y como pudimos deducir en los dos posts anteriores (I) y (II)
Sin embargo hemos querido ir más allá. En aras del conocimiento científico hemos probado con valores positivos tanto para el agua como para el pan. Además, en el caso del vino hemos querido también rebajarle el precio, el caso uno es con el precio que ya despejamos en su día, mientras que en el caso dos lo haremos con "vino peléon". Sea como fuere, a pesar de las horas y horas invertidas, hagamos lo que hagamos las patatas siempre tienen valor negativo. Las patatas son menguantes.
CASO 1
T = Vino 30,85
B = Jamón 27,45
L = Queso 17,60
W = Pan -3,25
R = Agua -0,85
a = Patatas (incógnita)
2B + 2L + T + 4W + a +R = 75,65 >>>>>
2 (27,45) + 2 (17,60) + 30,85 + 4 (-3,25) + a + (-0,85) = 75,65 >>>>>
54,9 + 35,2 + 30,85 + (-13) + a + 0,85 = 75,65 >>>>>
107,10 + a = 75,65
Luego "a" tiene que ser negativo (muy negativo por cierto). Concretamente "a" es igual a -31,45
CASO 2
Probemos dando al agua y al pan valores positivos (con precios de mercado... baratillo)
T1 = Vino 15,10
B = Jamón 27,45
L = Queso 17,60
W1 = Pan 2
R 1= Agua 1
a = Patatas (incógnita)
2B + 2L + T1 + 4W1 + a +R1 = 75,65 >>>>>
2 (27,45) + 2 (17,60) + 17,10 + 4 (2) + a + (1) = 75,65 >>>>>
54,9 + 35,2 + 15,10 + (8) + a + 1 = 75,65 >>>>>
114,20 + a = 75,65
Nuevamente "a" tiene un valor (super super negativo, osea). Concretamente "a" es igual a -38,55
Como os dijimos, para intentar explicar el por qué de este misterio irresoluble, al menos utilizando las hasta ahora exactas matemáticas, nos hemos puesto en manos de Mijail Revillescu.
En ese capítulo de su tesis, el profesor Revillescu se introducía de forma
magistral en la psiquis del gañotero público preguntándose qué mecanismos
neuronales llevaban al jeta/gorrón a, una vez realizada la comanda de raciones
varias que iba a ser pagada con el dinero de todos, añadía, casi como si se
tratara de un tic nervioso la ya famosa coletilla: “¡y una de patatas!”.
A
pesar de estudiar en profundidad el concepto de “¡y una de patatas!” el profesor
asociado Mijail Revillescu no había sido hasta ahora capaz de despejar esa incógnita
tan presente en nuestra sociedad. No obstante, el documento que les aportamos
para su análisis ha producido en el
profesor Revillescu tal impacto que ha conseguido ¡por fin! despejar la
incógnita de por qué los jetas/gorrones terminan siempre con la frase “¡y una de patatas!”.
Hasta ahora, el profesor Revillescu nunca había podido
acceder a tantas facturas de un solo individuo gañotero como las que nosotros
le hemos proporcionado, y es por eso que tras analizar las mismas ha
descubierto que la ración de patatas, en el caso del ex responsable del CES y
ahora decano de la facultad de económicas, ¡TIENE SIEMPRE UN VALOR NEGATIVO!
Todo esto da sentido
a su vida de investigador, según el profesor Mijail, el sentimiento de culpa
del gañotero y gorrón del dinero público que le produce pedir por la cara Queso, Jamón, Vino, Helado, Café, Café
especial, Licor, etc... lo compensa pidiendo al final “¡y una de patatas!” puesto
que como hemos visto en el documento que aportamos hoy, las patatas siempre tienen
un valor negativo reduciendo el importe de la factura.
El efecto en el gorrón no solo es psicológico, sino físico ya que libera endorfinas y
serotonina suficiente en el cerebro del
gañotero como para que le importe un pijo pasar al pago facturas de 200 euros o más y que deban ser pagadas con nuestros impuestos.
Sin
duda lo que más le sorprendió a nuestro experto fue el descubrir que el que
fuera responsable del CES y actual Decano, ya debía conocer el efecto que “¡y una de patatas!” tenía en el importe final de las facturas, por lo que de forma
rotunda el profesor Mijail definió al anterior responsable del CES como ¡genio
del gañote! y ¡mente brillante del sablazo!
Dado que casi no nos quedan letras en el alfabeto latino para valorar las distintas
raciones de comida digeridas con los impuestos de todos los ciudadanos, y ante la importancia del descubrimiento del profesor asociado Mijail
Revillescu, decidimos en su momento utilizar el símbolo griego “Alfa” como símbolo del
comienzo del gañoterismo para comprobar como utilizando distintos valores para
el sablazo de las raciones, siempre siempre “¡y una de patatas!” tiene valor
negativo, descubrimiento del Profesor asociado Mijail Revillescu que no solo le
acerca al Nobel de Economía, si no al de Fisica y Química y probablemente al de
Metafisica.
Con este gran descubrimiento ponemos fin a la trilogía de facturas del
CES y en próximos capítulos nos sumergiremos en gañotes de otros ejemplos
públicos.
De momento hacemos sitio en nuestro equipo multidisciplinar al que incorporaremos al profesor de la Universidad de Helsinki, Gelo Kätil. Pronto sabréis más de él.
viernes, 9 de enero de 2015
Despejando incógnitas (Segunda Parte)
Hola amigos. En nuestro afán por contribuir al conocimiento matemático y a la comprensión lectora de facturas a simple vista indescifrables, seguimos profundizando en la dieta cantábrica (porque de mediterránea tiene bien poco) del otrora presidente del CES, ahora decano de la Facultad de Económicas.
Y no, no será ni mucho menos el único protagonista de este recién nacido que es Podemos Engordar. Habrá otros protagonistas que nos ayudarán a entender como gastarse (o comerse) por todo lo alto el dinero público.
Hoy vamos a intentar despejar las incógnitas que nos plantean los precios del jamón (entendemos que de pata negra negra o de pata del Cid), el queso, el vino, y el agua. Descubrirán con nosotros que las matemáticas, una vez más, sucumben ante la arbitrariedad de la inflación galopante que va de una factura a otra.
Como recordarán de nuestro primer capítulo, tras poner toda la carne en el asador y tratar por todos los medios de desentrañar los misterios del valor de las cosas en según que sitios y dependiendo de quien pague, pudimos deducir cuanto costaba un café especial (8,25), un café a secas (2,30 según temporada), o un licor (7,75 por lo menos). O incluso que el pan tenía valor negativo (-3,25).
Bien, apoyados en esos datos abordamos esta primera factura.
Y no, no será ni mucho menos el único protagonista de este recién nacido que es Podemos Engordar. Habrá otros protagonistas que nos ayudarán a entender como gastarse (o comerse) por todo lo alto el dinero público.
Hoy vamos a intentar despejar las incógnitas que nos plantean los precios del jamón (entendemos que de pata negra negra o de pata del Cid), el queso, el vino, y el agua. Descubrirán con nosotros que las matemáticas, una vez más, sucumben ante la arbitrariedad de la inflación galopante que va de una factura a otra.
Como recordarán de nuestro primer capítulo, tras poner toda la carne en el asador y tratar por todos los medios de desentrañar los misterios del valor de las cosas en según que sitios y dependiendo de quien pague, pudimos deducir cuanto costaba un café especial (8,25), un café a secas (2,30 según temporada), o un licor (7,75 por lo menos). O incluso que el pan tenía valor negativo (-3,25).
Bien, apoyados en esos datos abordamos esta primera factura.
X = Café Especial L = Queso W = Pan Y = Licor
3X + L + 3W + 3Y = 65,10 >>>>> 3X 8,25 + L + 3Y 7,75 + 3 W -3,25 = 65,10 >>>>>
L = 65,10 - 3X 8,25 + 3Y 7,75 + 3 W -3,25 = 17,6 cada ración de queso
Hay que puntualizar que este precio sale al considerar que el pan tiene un valor negativo (es lo que nos dijeron las tozudas cifras en nuestro primer capítulo). Así que 3 de queso suman 52 euros. Menos mal que estaba ahí el pan para ayudarnos a digerir con éxito semejante rejón. Y es que comerse tres de pan supone un descuento de casi diez euros.
¿Quién dijo que el pan engorda?
Bien. Una vez despejada la incógnita del precio del queso podemos ir más allá, y saber a cuánto estaba el vino.
L = Queso T = Vino W = Pan
L + T + 3W = 38,70 >>>>> 17,6 + T + 3W (-3,25) = 38,70 >>>>> T = 30,85
Nuevamente el contribuyente tiene que agradecer el consumo de pan del entonces presidente del CES e invitados (a nuestra costa), ya que de no ser por el pan, que nuevamente nos descuenta diez euros del total, lo de comer una mísera ración de queso y un vinito se iba a poner imposible.
Bueno, imposible con el dinero de los demás no hay prácticamente nada. Bendito pan.
¿Les apetece un poco de jamón? Pues se lo pagan. Al entonces presidente del CES, ahora decano de la Facultad de Económicas, también le gustaba el jamón (y le seguirá gustando imaginamos). Y gracias a que había veces en los que eran pocos a la mesa, despejar las incógnitas se convierte en un ejercicio factible, incluso con una inflación "a la carta" como la que tenía que soportar nuestro sufrido protagonista.
B = Jamón T = Vino W = Pan
B + T + 5W = 52,55 >>>>> B + 30,85 + 5W (-3,25) = 52,55 >>>>> B = 68,80 - 30,85
B = 37,95
La ración de jamón nos sale a 37 euros con 95 céntimos.
Nos quedan dos facturas más. Vamos a despejar la incógnita del valor del agua, que nos va a dar un resultado coherente con todo lo anterior y con el precio real de las cosas. Eso sí, teniendo en cuenta que para obtener el precio del agua, tenemos que seguir manteniendo el pan con precio negativo, es decir de menos tres euros con veinticinco cada ración.
B = Jamón L = Queso T = Vino W = Pan R = Agua
2B + L + T + R + 5W = 110 >>>>> 2B 75,9 + 17,6 + 30,85 + 5W (-16,25) = 110
Deducimos que el agua tiene que costar un euro con 90 céntimos.
Para llegar a estas conclusiones, el ahora decano de Económicas se tuvo que comer 711 euros con 65 céntimos en las más variadas viandas (a costa de nuestros impuestos).
Bien, en nuestro afán de ser rigurosos, cual catedrático universitario, ofrecemos un último ejercicio de comprobación de los datos, aunque para ello nuestras arcas públicas tuvieran que desembolsar la nada despreciable cifra de 200 euros con 50 céntimos.
Nuestros protagonistas serán el jamón, el queso, el vino y nuestro ángel de la guarda que amortigua los sablazos, el nunca bien ponderado currusco de pan.
B = Jamón L = Queso T = Vino W = Pan
3B + L + 2T + 7W = 200,50
Este es el planteamiento inicial, sin embargo, en esta factura se va a producir una perturbación de la Fuerza, ya que nuestra constante de todo el campo gravitatorio gastronómico que era el pan, pasa de tener un valor negativo a, por arte de birlibirloque o inflación súbita o por el artículo 33, pasar a tener un valor positivo.
113,85 + 17,6 + 61,70 + 7W (los curruscos) = 200,50
De ahí, que si despejamos las 7W, las tozudas matemáticas nos dicen que el currusco-pan cuesta un euro con cinco céntimos.
Con lo cual toda nuestra teoría gastronómica se nos viene abajo y por ello hemos decidido contar a partir de ahora con un nuevo miembro en nuestro equipo multidisciplinar de estudio del gañoterismo y el dispendio del dinero público.
El profesor Mijail Revillescu. Pronto iréis conociendo su inabarcable curriculum. De momento os dejamos con su fotografía para que os vayáis familiarizando.
¿A que mola?
lunes, 5 de enero de 2015
Despejando incógnitas (Primera Parte)
Comenzamos nuestra andadura en “Podemos Engordar” esbozando una
teoría matemática que nos ayudará a entender el aumento del colesterol del
actual decano de la Facultad de Económicas de la Universidad de Cantabria.
No nos limitaremos a un mero ejercicio de exhibición de facturas infladas (de colesterol y euros) sino que intentaremos despejar las incógnitas sobre el coste de las cosas. Esas cosas que pagamos usted y yo.
No nos limitaremos a un mero ejercicio de exhibición de facturas infladas (de colesterol y euros) sino que intentaremos despejar las incógnitas sobre el coste de las cosas. Esas cosas que pagamos usted y yo.
Nuestro objetivo a la vista de esta factura es conocer
cuanto le costaba en 2008 al entonces presidente del CES, ahora decano de la
Facultad de Económicas, tomarse un café especial a nuestra salud.
Es una ecuación muy simple. Tenemos 4 cafés especiales cuyo importe total es de 33 euros.
4x = 33
Por lo tanto, si dividimos 33 entre 4 podemos concluir que el café especial nos sale a 8 euros con 25 céntimos.
Se lo crean o no, esta información es muy valiosa, ya que podremos ir despejando otras incógnitas que nos plantean otras facturas copiosas, de colesterol y de euros de nuestros impuestos.
Es una ecuación muy simple. Tenemos 4 cafés especiales cuyo importe total es de 33 euros.
4x = 33
Por lo tanto, si dividimos 33 entre 4 podemos concluir que el café especial nos sale a 8 euros con 25 céntimos.
Se lo crean o no, esta información es muy valiosa, ya que podremos ir despejando otras incógnitas que nos plantean otras facturas copiosas, de colesterol y de euros de nuestros impuestos.
En esta segunda factura la incógnita es el café. Se entiende
que no es un café especial, sino un café más de andar por casa. ¿Aguachirri?
¿descafeinado? Su composición es algo que no podremos averiguar, pero su precio
creemos que sí.
Conocemos que el café especial cuesta ocho euros con
veinticinco céntimos, con lo cual despejar la incógnita de ese solitario café
se aventura como una tarea fácil.
X = Café Especial Z = Café
3X + Z = 27,05
3X 8,25 + Z = 27,05
>>>> Z = 27,05 – 3X
8,25 = 2,3 euros
Z, es decir el café, cuesta dos euros con treinta céntimos.
Avanzamos ahora a una nueva dimensión, la del alcohol. Es el momento de
saber cuanto cuesta un licor. No podemos precisar qué licor, pero al menos
sabremos cuanto cuesta.
Bien, tomemos el Café Especial como X mientras que los
Licores serán Y
6X + 6Y = 85 >>>> 6X 8,25 + 6Y = 85 >>>> 6Y = 85 – 6X 8,25 = 35,5
Si 6Y es 35,5 entonces Y es 5 euros con 91 céntimos.
Ya sabemos lo que cuesta un licor... o quizás no.
Empezamos a entrar ya en una nueva dimensión más cercana a la ciencia
ficción y no a las ciencias exactas, que es donde pensábamos que nos movíamos.
¿Siguen costando lo mismo los licores y los cafés
especiales? ¿Quizás el concepto genérico de licor esconde que “hay licores y
licores”? Nosotros creemos que sí.
Siendo X el Café Especial y siendo Y los licores
desarrollamos la siguiente ecuación en base a esta factura:
4X + 8Y = 95,25
>>>> 4X 8,25 + 8Y =
95,25 >>>> 8Y = 95,25 – 4X 8,25 >>>> Y = 7,75
Esta versión “B” de los licores nos cuesta a nosotros y al
colesterol del ahora decano (e invitados por nosotros) 7 euros con 75 céntimos
por copa (¿he dicho copa?)
Pero avancemos en este viaje por el coste de la vida a nuestra costa.
Sepamos ahora cuanto cuesta un helado, mejor dicho cuanto nos costaba.
Manejamos ahora tres variables, de las que conocemos ya dos,
por lo que solo necesitamos despejar una incógnita.
Siendo X el Café Especial, Y los licores, y M el helado
enunciamos la siguiente ecuación:
4X + 2Y + M = 58
>>>>> 4X 8,25 +
2Y 7,75 + M = 58 >>>>>
M = 58 – 4X 8,25 – 2Y 7,75 >>>>>>> lo
que supone que M es igual a 9,5. Es lo que nos costaba un helado (y eso con los
licores a 7,75, si los ponemos a 5,9 el helado sería a precio de caviar de
beluga por lo menos).
No desesperen, estamos en la recta final. Vamos a comprobar que tenemos
bien claro lo que cuesta un Café Especial, un Licor, y un Café. En teoría lo
sabemos, pero sin embargo las matemáticas son en este caso en estudio una
ciencia inexacta.
X = Café Especial Y
= Licor Z = Café
4X + Y + Z = 42 >>>> 4X 8,25 + Y 7,75 + Z = 42
>>>>> Z = 42 – 4X 8,25 – Y 7,75
Z = 1,25
Este es un ejemplo claro de deflación severa. Un café que en
noviembre de 2007 costaba 2 euros con 30 céntimos, pasa a costar en enero de
2008 un euro con 25 céntimos.
¿Era café de puchero? ¿Un expresso? ¿Negoció precios más
ajustados para el café el entonces presidente del CES ahora decano de la
Facultad de Económicas? Quizás nunca lo sepamos.
Pasemos al precio de un alimento básico: el PAN.
No es tarea fácil deducir el coste del pan a la vista de la siguiente
factura. Tal es así que después de sesudos análisis, informes del CSIC y
cálculos incontables con una de esas calculadoras científicas de las de toda la
vida hemos tenido que concluir que el pan tenía un coste negativo. Lo
explicamos.
X = Café Especial Y
= Licor M = Helado W = Pan
5X + 5Y + 4M + 4W = 105 >>>>> 5X 8,25 + 5Y
7,75 + 4M 9,5 + 4W = 105
>>>>>
4W = 105 - 5X 8,25 - 5Y 7,75 - 4M 9,5 >>>>> 4W = 105 –118 >>>>> 4W =
- 13
-13/4 = -3,25
Es decir, un “trozopan” costaba menos 3 euros con 25.
No será el último caso de alimentos básicos con precio
negativo. En nuestra próxima entrega podremos conocer lo que nos costaba que el
entonces presidente del CES, ahora decano de Económicas, invitara a zamparse
jamón o queso, entre otras viandas, en el mismo sitio y en la misma época.
Nos vemos pronto.
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