Cabrea mucho ver en qué se nos fueron los dineros (y luego la culpa es de la Troika) cuando mandaban los mismos que ahora te hablan compungidos sobre la pobreza infantil. Cabrea más cuando ves la fecha, y que en el psicodélico acto participa la Ministra Socialista Elena Salgado, la de los brotes verdes. Yo por las noches veo brotes, que dice un amigo mío.
Pero es injusto maldecir al pobre Potypótamo, que es el único ser inocente en esta película de los Farrely, y tampoco es culpable la milenaria muchachada que se llevaron los próceres al evento.
El acto, evidentemente, no era más que un subterfugio especialmente chorra para montar un sarao, a mayor gloria de los padrinopótamos y testigos del bautizo, que eran, por orden de protagonismo: Revilla (testigo de ésta y tantas cosas) la citada ministra socialista (testiga en el día de autos), Marcano (el padrino), y Poty (el bailarín), en calidad de Poty el bailarín y de inspirador del nombre del pequeño hipopótamo, hijo de Pipa y Popo. No nos consta que Poty ( el bailarín, no el hipopótamo) actuase en calidad de madrina, con lo que había una pareja con miembros del mismo sexo, lo que nos parece muy bien. Dos padrinos sin madrinas.
Sin entrar a considerar la chorrada del invento, ni el hecho de que Poty, el pobre bebé de hipopótamo, permaneció en su charca lejana, felizmente ajeno a la chorri-romería organizada exclusivamente para que los padrinopótamos se diesen un baño de chiquillada y demás familia a granel, hay que decir que lo bueno viene, cómo no, con las facturas.
No ha habido niño en Cantabria con un bautizo con más boato, mas caro y con más cara. El bautizo del Hipopótamo, con tan ilustres padrinopøtamos, es la madre de todos los bautizos.
Cuenta la prensa que Revilla, en su línea, dijo que era uno de los días más felices de su vida, que ama la naturaleza, y una selección de los chascariillos habituales, versión infantil.
La ministra Salgado, por su parte -y sin que conste que se hubiese fumado un brote verde- aseveró: "asistir al bautizo de un hipopótamo es una experiencia maravillosa que sólo se puede vivir en la Cantabria infinita".
Pues va a ser que sí. Que no todos los sitios tienen gobernantes con tanta cara, ni con tanta afición a hacer el padrino, ni dispuestos a gastarse un pastizal en darse un baño de multitudes, no con ánimo electoral ni nada, (no sean malpensados), sino por puro amor por los hipopótamos. Así somos los regionalistas, que acogemos a cualquiera, aunque sea un hipopótamo.
Se regalaron camisetas, 2.500, a muy buen precio. Se realizaron fondos y decorados; el equipo de sonido, alquilado no para poner nanas a Potypótamo, que estaba en su charca, sino para que los padrinopótamos le echasen el mitin a los pobres niños y a sus sufridos acompañantes, (si te llevan gratis de excursión ten por seguro que se lo cobran en darte la brasa); el cañón de confetis, miles de globos, invitaciones, etc. Total, una pasta gansa para hacer el ganso. Porque, carajo: no había crisis, sólo una leve y pasajera desaceleración, y ¡donde hay dinero, qué se vea!
23.000 euros costó el bautizo-mitin del hipopótamo. Unos 35 salarios mínimos interprofesionales, arriba o abajo. Nota de sociedad: El proveedor principal del evento, como no podía ser de otra forma, fue el proveedor favorito del padrino.
Aquí, una a una las facturas de la "broma".
1) Más de 7500 euros en un concurso de dibujo (van dos facturas)
2) Más de 1500 euros en invitaciones
3) Más de 4300 euros en equipo de sonido, globos, confeti...
4) Casi 650 euros para un fondo para UNA única rueda de prensa
Continuará...
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