viernes, 16 de enero de 2015

Despejando Incógnitas (Tercera Parte) "... y una de patatas"

Para cerrar nuestra trilogía sobre la estricta dieta hipercalórica del antiguo presidente del CES ahora decano de Económicas vamos a ofreceros un documento de alto valor académico, elaborado por nuestro colaborador el profesor Mijail Revillescu. El increíble caso de las patatas menguantes.


Incorporamos primero una factura con "una de patatas". Siguiendo nuestra mecánica habitual despejaremos las incógnitas como buenamente podamos. Lo haremos incluso sobre dos supuestos (nos han salido hasta cuatro), y después os ofreceremos íntegra la teoría del profesor Revillescu sobre "y una de patatas". Una teoría que reflexiona sobre la fuerza gravitatoria de la ración de patatas sobre el coste final de una factura. Si hay una de patatas, la factura cae en su valor. Las patatas menguantes existen.


T = Vino  30,85
T1 = Vino Peleón 15,10
B = Jamón   27,45
L = Queso   17,60
W = Pan   -3,25
W1 = Pan 2 (valor de mercado)
R = Agua  -0,85
R1 = Agua 1 (valor de mercado)
a = Patatas (incógnita)

Bien. Como se aprecia en la tabla sobre estas líneas, tanto el pan como el agua tienen valores negativos tal y como pudimos deducir en los dos posts anteriores (I) y (II)

Sin embargo hemos querido ir más allá. En aras del conocimiento científico hemos probado con valores positivos tanto para el agua como para el pan. Además, en el caso del vino hemos querido también rebajarle el precio, el caso uno es con el precio que ya despejamos en su día, mientras que en el caso dos lo haremos con "vino peléon". Sea como fuere, a pesar de las horas y horas invertidas, hagamos lo que hagamos las patatas siempre tienen valor negativo. Las patatas son menguantes.

CASO 1

T = Vino  30,85
B = Jamón   27,45
L = Queso   17,60
W = Pan   -3,25
R = Agua  -0,85
a = Patatas (incógnita)

2B + 2L + T + 4W + a +R = 75,65   >>>>>  
2 (27,45) + 2 (17,60) + 30,85 + 4 (-3,25) + a + (-0,85) = 75,65  >>>>>
54,9 + 35,2 + 30,85 + (-13) + a + 0,85 = 75,65  >>>>>
107,10 + a = 75,65

Luego "a" tiene que ser negativo (muy negativo por cierto). Concretamente "a" es igual a -31,45


CASO 2 

Probemos dando al agua y al pan valores positivos (con precios de mercado... baratillo)

T1 = Vino  15,10
B = Jamón   27,45
L = Queso   17,60
W1 = Pan   2
R 1= Agua  1
a = Patatas (incógnita)

2B + 2L + T1 + 4W1 + a +R1 = 75,65   >>>>>  
2 (27,45) + 2 (17,60) + 17,10 + 4 (2) + a + (1) = 75,65  >>>>>
54,9 + 35,2 + 15,10 + (8) + a + 1 = 75,65  >>>>>
114,20 + a = 75,65

Nuevamente "a" tiene un valor (super super negativo, osea). Concretamente "a" es igual a -38,55

Como os dijimos, para intentar explicar el por qué de este misterio irresoluble, al menos utilizando las hasta ahora exactas matemáticas, nos hemos puesto en manos de Mijail Revillescu.




En ese capítulo de su tesis, el profesor Revillescu se introducía de forma magistral en la psiquis del gañotero público preguntándose qué mecanismos neuronales llevaban al jeta/gorrón a, una vez realizada la comanda de raciones varias que iba a ser pagada con el dinero de todos, añadía, casi como si se tratara de un tic nervioso la ya famosa coletilla: “¡y una de patatas!”.

A pesar de estudiar en profundidad el concepto de “¡y una de patatas!” el profesor asociado Mijail Revillescu no había sido hasta ahora capaz de despejar esa incógnita tan presente en nuestra sociedad. No obstante, el documento que les aportamos para su análisis ha  producido en el profesor Revillescu tal impacto que ha conseguido ¡por fin! despejar la incógnita de por qué los jetas/gorrones terminan siempre con la frase “¡y una de patatas!”.



Hasta ahora, el profesor Revillescu nunca había podido acceder a tantas facturas de un solo individuo gañotero como las que nosotros le hemos proporcionado, y es por eso que tras analizar las mismas ha descubierto que la ración de patatas, en el caso del ex responsable del CES y ahora decano de la facultad de económicas, ¡TIENE SIEMPRE UN VALOR NEGATIVO!

Todo esto da sentido a su vida de investigador, según el profesor Mijail, el sentimiento de culpa del gañotero y gorrón del dinero público que le produce pedir por la cara  Queso, Jamón, Vino, Helado, Café, Café especial, Licor, etc... lo compensa pidiendo al final “¡y una de patatas!” puesto que como hemos visto en el documento que aportamos hoy, las patatas siempre tienen un valor negativo reduciendo el importe de la factura.

El efecto en el gorrón no solo es psicológico, sino físico ya que libera endorfinas y serotonina suficiente en el  cerebro del gañotero como para que le importe un pijo pasar  al pago facturas de 200 euros o más y que deban ser pagadas con nuestros impuestos.

Sin duda lo que más le sorprendió a nuestro experto fue el descubrir que el que fuera responsable del CES y actual Decano, ya debía conocer el efecto que “¡y una de patatas!” tenía en el importe final de las facturas, por lo que de forma rotunda el profesor Mijail definió al anterior responsable del CES como ¡genio del gañote! y ¡mente brillante del sablazo!




Dado que casi no nos quedan letras en el alfabeto latino para valorar las distintas raciones de comida digeridas con los impuestos de todos los ciudadanos, y ante la importancia del descubrimiento del profesor asociado Mijail Revillescu, decidimos en su momento utilizar el símbolo griego “Alfa” como símbolo del comienzo del gañoterismo para comprobar como utilizando distintos valores para el sablazo de las raciones, siempre siempre “¡y una de patatas!” tiene valor negativo, descubrimiento del Profesor asociado Mijail Revillescu que no solo le acerca al Nobel de Economía, si no al de Fisica y Química y probablemente al de Metafisica.

Con este gran descubrimiento ponemos fin a la trilogía de facturas del CES y en próximos capítulos nos sumergiremos en gañotes de otros ejemplos públicos.

De momento hacemos sitio en nuestro equipo multidisciplinar al que incorporaremos al profesor de la Universidad de Helsinki, Gelo Kätil. Pronto sabréis más de él.









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